... y que no vuelva a suceder

El cadáver de los Estados Unidos ha entrado en proceso de putrefacción, y a lo que apesta es justamente a quien ha sido su enemigo durante toda su existencia: el totalitarismo. Así como los nazis solían infligir castigos ejemplares (uno de cada diez será fusilado, por ejemplo), ahora han impuesto a Kim Davis pena de cárcel, según su juez, porque una multa sería leve sanción para disuadir a la funcionaria de Kentucky de su negativa a dar licencias de matrimonio homosexual. Una vez metido el susto, la han liberado con la condición de que, al menos, no impida a otros dar papeles para legalizar la sodomía.

Libertad para la funcionaria de Kentucky detenida por no tramitar bodas gays

 

Los Estados Unidos escupen sobre el matrimonio

Ya está. Ahora, cualquier norteamericano que contraiga matrimonio sabe que su país considera ese acto equiparable al de dos maromos que se dan por el culo. Y esto sin que ardan las calles. Estamos muertos.

"Motivos religiosos"

A pesar de lo dicho, las autoridades parecen dispuestos a concedernos una salida: en Estados Unidos, uno podrá negarse a colaborar con casorios gay si alega motivos religiosos. Vamos, algo así como si dices que no comes cerdo porque lo prohíbe Mahoma o que no te haces una transfusión porque eres testigo de Jehová. Vamos, que el marimonio es lo normal y su negación es un caprichito de unos cuantos, con el que graciosamente se condesciende.

Pues no. A no ser que la sanción me dejara con una mano adelante y otra detrás, si llega el caso yo no alegaría "motivos religiosos", sino ser una persona que todavía no ha perdido la chaveta y que eso de casar a dos tías o a dos tíos es un disparate que se le ocurre al que asó la manteca en el dedo. No es una cuestión religiosa, sino de razón y de evidencia.

Bodas gais: de derecho a imposición

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Las flores del chantaje

Una vez me contaron una historia sobre un sacristán que ocultaba con compras de flores sus pagos a la mafia. Parece que las flores son utilizadas, aunque de otro modo, como objeto de chantaje por el lobby gay: pueden comprar en cualquier sitio las flores para sus casorios, pero es preferible ir primero a un lugar donde sabes que te lo negarán: se les denuncia como discriminadores y se arriesgan a una sanción que puede arruinarlos. Una vez más, se trata de afirmar quién manda aquí. Por el terror, como los otros. 

Bodas gais: dígaselo con flores de otro

 

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Cómo ahogar a un colegio católico

Consiga que le contraten en el colegio, aguante una temporada y cuando llegue el momento de renovarle el contrato declárese homosexual. La broma de no renovarle le costará al cole 123 000 bolos y afianzará el régimen de terror del lobby.

El gobierno andaluz sanciona con 123.000 euros a un colegio católico denunciado por presunta homofobia

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